Domingo 4 Adviento - B 2024
Las palabras primeras del ángel Gabriel son, al mismo tiempo, unas palabras de saludo y bendición y una buena noticia, la mejor de las noticias: María eres la “llena de gracia”. De ahí, la invitación a la alegría: “Alégrate”: porque no hay motivo mayor de alegría que sentirnos llenos de la gracia de Dios. Esas palabras primeras preceden a una llamada, la llamada a una misión: la presencia de la gracia de Dios en María es el punto de partida para una llamada: dejarse tomar por Dios para su obra de redención.
Dios “está” plenamente en la vida de una mujer sencilla de una pequeña población de Galilea. Dios se hace presente en ese contexto de sencillez, por el que, seguramente, nadie habría apostado. Y le pide a esa sencilla mujer de Nazaret, María, lo que ella nunca había imaginado y que, incluso en ese momento mismo, le resulta difícil de asimilar: “Ella se turbó grandemente… ¿Cómo será eso? …”
El Dios que se hace presente en la vida de María de Nazaret,