Adviento 2018 - Ciclo C
Hoy comenzamos el de Adviento y estrenamos un nuevo año litúrgico, guiados por el evangelista Lucas, el que con más detalle nos narra los misterios de la Encarnación y la Navidad. Durante cuatro semanas cultivaremos especialmente la esperanza activa.
Adviento quiere decir llegada o venida. Y eso es lo que nos preparamos a celebrar, la primera venida del Señor. Tiempo de espera y esperanza, tiempo de ilusión y de oración. Tiempo para dejarnos sorprender por Dios. Un año más se nos invita a dejar entrar a Dios en nuestra vida con todas sus consecuencias.
El Adviento es un tiempo de esperanza, de sueños, un tiempo propicio para la conversión. Más que un tiempo, es un talante, un estilo, una actitud del alma que hay que cultivar con esmero. Tiempo de tomarse en serio la fe en Jesús. Creer en él no nos adormece, sino que nos activa, nos despierta y nos empuja a vivir de otra manera.
Y no podemos celebrar el Adviento desde una actitud individualista, espiritualista, desencarnada, esperando la propia salvación, somos responsables de la humanidad y debemos vivir desde una profunda solidaridad con los hombres y mujeres de nuestro mundo que se ven envueltos en tanto sufrimiento.
La palabra más escuchada y cantada será: ¡Ven! ¡Ven, Señor Jesús! Escucharemos la riqueza de la palabra profética, apostólica y evangélica que encienden la esperanza y nos piden vigilancia y conversión para no dejarnos llevar por los quehaceres de este mundo.
¡FELIZ Y GOZOSO ADVIENTO!