Retiro de Adviento 2014
Queridas hermanas:
En clima de oración nos disponemos a comenzar este día de retiro, un día de gracia que el Señor quiere regalarnos. Vamos a hacer silencio interior para escuchar la voz del Amado. Él habla en el silencio, en el susurro, en la brisa suave. Por eso hemos de acallar aquellos ruidos que nos impiden escuchar su voz.
Escucha el susurro de Dios que te dice: sal de ti misma, abre tus entrañas a la vida nueva de Dios, siembra la paz en tu corazón, recupera la fuerza del amor perdido. Todas lo necesitamos pues, más allá de nuestras buenas intenciones, la acomodación, el cansancio y, a veces, el desencanto nos dominan.
Necesitamos pararnos, respirar hondo y llegar, de la mano de Jesús, al fondo del corazón, allí donde “el agua viva” puede saciar nuestra sed, allí donde sólo su amor puede recuperarnos.
Y qué mejor que hacerlo en Adviento, en este momento del año particularmente entrañable y sugerente.Vamos a tomar nuestra vida entre las manos para re-leerla, re- pensarla y para proyectar hacia delante personalmente y en comunidad. Y lo vamos a hacer serenamente, en presencia de “Aquel que sabemos, nos ama”, dejándole entrar, dejándonos abarcar por su mirada.