Exaltación de la Santa Cruz - C 2025
Hoy la Iglesia nos invita a contemplar el misterio más grande de nuestra fe: la Santa Cruz de nuestro Señor Jesucristo. No celebramos un instrumento de tortura ni un signo de derrota, sino el árbol de la vida, la cátedra del amor y la fuente de salvación.
En el Evangelio escuchamos a Jesús decir: “Así como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”. En el desierto, el pueblo de Israel, mordido por serpientes venenosas, sanaba con solo mirar la serpiente de bronce elevada en un palo. Era un gesto de fe, un acto de confianza en Dios.
Eso mismo sucede con nosotros: mordidos por el pecado, heridos por las dificultades, tentados por el desánimo, somos sanados cuando miramos a Cristo crucificado. Su Cruz es la medicina, su Cruz es la victoria, su Cruz es la esperanza.