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Domingo 6 - C 2025

domingo 6 c 2025Lucas 6, 17.20-26

El evangelio de este domingo nos presenta el texto de las Bienaventuranzas de Jesús según las presenta el evangelio de Lucas, que tienen algunas diferencias significativas con las del Sermón del Monte de Mateo. Diferencias que se explican, fundamentalmente, porque son evangelios dirigidos a comunidades de origen y sensibilidades diversas. Señalo alguna de ellas: Mateo sitúa el sermón en el monte, presentando a Jesús como nuevo Moisés, porque su evangelio va destinado a comunidades de origen judío; Lucas lo ubica en el llano: su evangelio piensa más en comunidades de origen gentil. Por esa misma diferencia, Lucas selecciona cuatro bienaventuranzas, en vez de las ocho de Mateo y añade cuatro “maldiciones” que Mateo no menciona.

Dicho eso, creo que es bueno aclarar el sentido de las bienaventuranzas. Las bienaventuranzas son, antes que nada, tanto en Mateo como en Lucas, unas palabras de bendición de Dios sobre los pobres de este mundo.

“Jesús dirigiendo la mirada a sus discípulos”: cuando Dios mira a los que este mundo mira con desprecio (los pobres, los que pasan hambre, los que lloran, los perseguidos por el evangelio), los mira con inmenso cariño. Ese cariño de Dios es el que Jesús expresa en las bienaventuranzas. Los despreciados en este mundo son bienaventurados a los ojos de Dios.

Las bienaventuranzas son también una propuesta de vida. Caminos que conducen a la vida verdadera. Caminos verdaderos y no caminos falsos, mundanamente apreciados, pero que no conducen a la auténtica vida: eso es lo que expresan fundamentalmente las “malaventuranzas” o “maldiciones” que son propias del evangelio de Lucas: el camino de la riqueza, de la autosatisfacción, de la búsqueda del éxito o la gloria de este mundo. En ningún caso, ni bienaventuranzas ni malaventuranzas son un código moral: son otra cosa.
La lectura y meditación de las bienaventuranzas nos plantea a nosotros, cristianos del siglo XXI, más próximos a la sensibilidad de la comunidad a la que se dirige el evangelista Lucas, preguntas muy de fondo. Señalo sólo dos grupos de preguntas.

¿Cuáles son nuestros valores? ¿Cuáles son aquellas actitudes que apreciamos y valoramos en la vida? ¿Cuáles son los criterios de nuestras tomas de decisión? ¿Nos creemos, de verdad, que los criterios que marca Jesús como criterios de vida son los criterios en virtud de los cuales hemos de optar y decidir? No es si somos buenos o malos: es algo mucho más fino. Repasemos las “malaventuranzas”.

Un segundo grupo de preguntas: ¿cómo es nuestra mirada a las personas? ¿Es la mirada de Jesús? Aquí podemos releer las “bienaventuranzas”. ¿Cómo es nuestra mirada a los pobres, a los que pasan hambre, a los que sufren, a los excluidos por cualquier causa? ¿Nuestra mirada sobre ellos es, como la de Jesús, la mirada de una compasión comprometida?

Darío Mollá SI