Epifanía de Señor
Mateo 2, 1-12
Seguimos en NAVIDAD y celebramos la fiesta de la EPIFANÍA, que es algo más que una noche cargada de sueños y de regalos. Es la fiesta de la LUZ que ha brillado en medio de las tinieblas del mundo, para que todos los hombres y mujeres, de toda condición y raza, puedan encontrar al SALVADOR, nacido de María. Y todo esto porque… es un Dios para TODOS, un Dios COMPARTIDO: Dios se ha hecho SERVIDOR, no de unos cuantos, sino de todos los que le buscan. ¡Éste sí que es un Dios al alcance de todos!
Y, por eso mismo, HOY es el día de los BUSCADORES de Dios, de aquellos que lo dejan todo (seguridades, tierras, familia…) para ir al ENCUENTRO de Dios mismo. Los Magos son precisamente el símbolo de todos los que buscan y que “han visto su estrella”. Y… ¡cómo no!, le ENCUENTRAN, aunque tenga una apariencia pobre, la de un indefenso niño.
Para encontrarnos con Jesús lo primero es buscarlo con un corazón limpio y sincero. Los sabios de Oriente son un verdadero ejemplo. Viven lejos de Belén, pero saben ver signos que los conducen hasta Jesús. Una estrella los guiará hasta el portal. Buscan con honestidad, preguntan, se informan, escuchan lo que se dice en las Escrituras Sagradas. También viven momentos de incertidumbre. Pero cuando de nuevo descubren la estrella se llenan de alegría. Al ver al Niño le rinden su ser y le adoran. Este Niño dirá más tarde: “el que busca, encuentra”
¡Feliz día de la LUZ, feliz día para los BUSCADORES de Dios!