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Solemnidad de Todos los Santos - C 2025

todos los santos 2025Hoy celebramos una de las fiestas más hermosas de nuestra fe: el Día de Todos los Santos. Es una oportunidad para reconocer que la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una llamada universal que Dios dirige a todos sus hijos. La santidad no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en vivir lo ordinario con amor extraordinario.

Los santos fueron personas que descubrieron que la verdadera felicidad nace del encuentro con Dios. Por eso apostaron su vida entera al Evangelio, con valentía, con perseverancia, y también con alegría. Algunos brillaron con obras visibles, otros vivieron en el anonimato, pero todos experimentaron que entregarse a Dios transforma la existencia y le da un sentido que nada en este mundo puede quitar.

En un mundo que a menudo nos invita a buscar el éxito inmediato o la comodidad sin límites, los santos se convierten en faros que nos enseñan otro camino: el de la humildad, la entrega y el servicio. Ellos entendieron que el amor es la fuerza que hace eternas nuestras acciones, que convierte un gesto sencillo en un tesoro para el cielo.

Hoy, al celebrar su victoria, también reconocemos que ellos caminaron por senderos semejantes a los nuestros. Conocieron el cansancio, la duda, la tentación… pero nunca dejaron de confiar en la misericordia de Dios. Esto nos anima a no desanimarnos en nuestras luchas diarias: la santidad se forja precisamente en lo que vivimos cada día, en lo que cuesta, en lo que nadie ve.

Que al recordar a los santos, sintamos que no estamos solas en este viaje. Ellos interceden por nosotras, nos sostienen en la fe y nos muestran que vale la pena vivir con un corazón lleno de Dios. Que su ejemplo nos despierte el deseo de amar más, de orar más, de perdonar más y de hacer de nuestra vida un reflejo del amor del Señor.

Hoy celebramos la esperanza: la certeza de que nuestra vida no termina en la tierra, sino que está llamada a la gloria. Todos los Santos ya disfrutan del abrazo eterno de Dios, y allí nos esperan. Nosotras, mientras caminamos, pedimos su ayuda para avanzar con valentía.

Que esta fiesta nos inspire a vivir con sentido, a elegir siempre el bien, y a recordar que cada paso en amor nos acerca un poco más a nuestro destino final: la santidad.