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Domingo Ramos - C 2025

Domingo Ramos C 2025Lucas 19, 28-40

El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa y nos invita a reflexionar sobre la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, un evento cargado de simbolismo y paradojas. Este día se celebra la proclamación de Jesús como Rey, mientras se anticipa el camino hacia su pasión y muerte.

La procesión con ramos y palmas representa la alegría y esperanza del pueblo que aclama a Jesús como el Mesías. Sin embargo, esta misma multitud, días después, pedirá su crucifixión. Este contraste nos recuerda la fragilidad de la fe humana y la necesidad de una fe auténtica y comprometida.

El uso del pollino, un animal humilde, subraya el mensaje de Jesús: su reino no es de poder terrenal, sino de servicio, humildad y amor. Su entrada en Jerusalén es una llamada a reconocer que el verdadero liderazgo se basa en el sacrificio y la entrega por los demás.

El Domingo de Ramos también nos desafía a cargar nuestras propias cruces y a comprometernos con la construcción del Reino de Dios en nuestra vida diaria. Es un recordatorio de que la alegría de recibir a Cristo debe ir acompañada de la disposición a seguirlo, incluso en el sufrimiento.

Este domingo nos valiosas enseñanzas que podemos aplicar en nuestra vida diaria para vivir con mayor humildad, compromiso y fe.

Humildad en el liderazgo: Jesús entra en Jerusalén montado en un pollino, un símbolo de humildad. Esto nos invita a liderar desde el servicio, poniendo las necesidades de los demás por encima de las nuestras, ya sea en el trabajo, en la comunidad.

Compromiso con la fe: La multitud aclama a Jesús con entusiasmo, pero su fe se desvanece rápidamente. Este contraste nos recuerda la importancia de mantenernos firmes en nuestra fe, incluso en momentos de dificultad o incertidumbre.

Reconocer nuestras cruces: El camino de Jesús hacia Jerusalén es también un camino hacia la cruz. En nuestra vida diaria, esto nos invita a aceptar los desafíos y sacrificios como oportunidades para crecer y fortalecer nuestra relación con Dios.

Agradecimiento y celebración: Las palmas y ramos simbolizan la alegría de recibir a Jesús. Podemos aplicar esto cultivando una actitud de gratitud y celebrando las bendiciones en nuestra vida, grandes o pequeñas.

Construcción del Reino de Dios: El mensaje del Domingo de Ramos nos llama a promover la justicia, la paz y el amor en nuestras acciones cotidianas.