Este año he estado más cerca que nunca del portal de Belén
Pasar la Noche Buena y el día de Navidad en un Monasterio.
Dejar el ruido y el bullicio de Madrid era en un principio el objetivo de mi marido y mío. La novedad, pasar la Navidad en un convento.
Ahora, que ya he vivido la experiencia, podría llenar páginas hablándoos, de todas las maravillas, que encierra el Monasterio, de San Salvador en Palacios de Benaver. Pero, considero que cualquiera que quiera saber sobre las maravillas del Monasterio solo tiene que buscar en internet y se hará una buena idea. Por eso, yo solo me voy a centrar en lo que sentí estando dentro de él.
A nuestro muy querido capellán, hermano y amigo Martín Ángel:
“Podéis ir en paz, que paséis un buen día y que Dios os acompañe siempre.”
Con estas palabras nos despedía Martín el jueves por la mañana al terminar la Eucaristía hasta el día siguiente. Fueron, sin embargo, sus últimas palabras para nosotras y en ellas iba su despedida para siempre. Una llamada telefónica por la noche comunicándonos su muerte repentina, nos dejaba el corazón roto de dolor.
Fui y encontré…
¡FELICES PASCUAS!
Este año fui al Monasterio de San Salvador a pasar el Triduo Pascual, buscaba silencio, tiempo de oración y celebración. La primera palabra que me viene al recordar estos días es GRACIAS.
Gracias a esta comunidad de benedictinas que me acogieron, en ellas encontré acogida, cercanía, sencillez,... que hizo que me sintiera en familia.
Gracias por abrir su coro y rezar con ellas los rezos del oficio divino, son tiempos en el día en que se tiene presente a Dios, de forma sencilla, rutinaria,... esa rutina con la que un niño antes de dormir da un beso a sus padres al acostarse, rutina que encierra mucho amor y presencia.
El día 14 de septiembre, en la celebración de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, nuestra hermana María Pilar Tejada Miravalles fue elegida Abadesa de esta Comunidad.
Con gran alegría vamos a participar en la bendición abacial de Madre María Pilar Tejada Miravalles. Burgalesa, nació en la capital de Castilla el 6 de agosto de 1956. Ya de pequeña se vinculó al monasterio que iba a regir, pues hizo sus estudios de Bachillerato en Palacios entre los años 1966-70. Más tarde se trasladó a Madrid entre los años 1973 y 1978, donde cursó la carrera de Geografía e Historia. Tras los años de estudios universitarios, sintió vivamente la llamada de Dios a la vida contemplativa e ingresó en la abadía de Palacios de Benaver en el año 1985, para emitir sus votos temporales el 6 de agosto de 1987, y profesar solemnemente el 6 de agosto de 1990.