Domingo XXII - A
Mateo 16, 21-27
La Palabra de Dios hoy nos habla de sufrimiento y de cruz a consecuencia de la fidelidad a la vocación, a la misión recibida. Tanto el profeta como la invitación y la propuesta de Jesús conllevan sufrimiento y cruz. Pero es necesario decir alto y claro que Jesús no ama ni busca arbitrariamente el sufrimiento, ni para él ni para los demás, como si éste fuera especialmente grato a Dios. Lo que agrada a Dios no es el sufrimiento, sino la actitud con que se asumen las cruces que nacen de la fidelidad a su Hijo amado, a quien merece la pena seguirle.