Domingo 7 - C 2025
El malestar que nos generan algunas personas no siempre nace de una maldad de corazón. Pueden ser malentendidos, diferencias de carácter u otras razones las que pueden provocar que una relación personal, familiar o del entorno del trabajo se vuelva incómoda y molesta.
Por otra parte, tenemos que asumir con serenidad que haya personas que nos quieran mal. Puede ser por prejuicios ideológicos o por esa mezcla destructiva que forman el orgullo y la envidia por lo que la mirada de estas personas hacia nosotros esté envenenada y hagamos lo que hagamos siempre les parecerá mal.