Domingo XIII - C
Lucas 9, 51-62
El Evangelio comienza diciendo que, cuando Jesús ya sabía que le quedaba poco tiempo, tomó la decisión de ir a Jerusalén, donde tenía que morir. Jesús es consciente de lo que le espera en Jerusalén pero no se echa atrás, él quiere ser fiel al proyecto de Dios. Cuando llega el momento sale de su tierra Galilea y se dirige con firmeza y resolución afrontando con valentía, con decisión su destino sin echarse atrás.
Jesús envía mensajeros delante de él. Los samaritanos, pueblo hostil a los judíos, rechazan a Jesús y le niegan la hospitalidad acostumbrada. La reacción de Santiago y Juan es rápida: "Señor, ¿quieres que mandemos fuego del cielo que acabe con ellos?".