Domingo 29 - B 2024
La liturgia de este domingo nos habla de la actitud constante de servicio que debe de tener todo seguidor de Jesús, que debe de caracterizar nuestra vida. “El no vino para que le sirvieran sino para dar la vida en rescate por todos”, nosotras debemos de hacer lo mismo.
Todas sabemos lo que cuesta ser las últimas y servir. De hecho, desde que nacemos, nacemos ya con un impulso primario: queremos ser las primeras y que los demás estén pendientes de nosotras y vivan para nosotras. Así lo quiere el niño, así lo quiere el joven, la abuela y, aunque de manera distinta, así lo quiere también la persona adulta y así lo queremos todos. Así lo querían también Santiago y Juan, y podemos deducir por el contexto, que así lo querían los demás discípulos que se enfadaron con los dos hermanos.
¡Cómo nos tienta la gloria, el poder, el reconocimiento!: que me valoren por mis capacidades, por mi trabajo, por mi carácter, incluso por mi servicio al prójimo!