Reflexión sobre el dolor
El domingo sexto de Pascua celebramos el día del enfermo. Quisiera hacer alguna consideración a este respecto. Lo primero decir, que el dolor es un misterio al que hay que acercarse con los pies descalzos, como Moisés se acercó a la zarza ardiente. Nada realmente más grave que acercarse al dolor con sentimentalismos y, no digamos con frivolidad.
Y quizá, una primera consideración es la del mucho dolor que hay en el mundo, agravado en estos tiempos por los medios de comunicación que enseguida nos informan de la muerte que se ha producido en el otro lado del mundo.
Es cierto que, hoy se lucha más y mejor que nunca contra el dolor y la enfermedad. Pero no parece que la gran montaña de dolor disminuya. Incluso, cuando hemos derrotado una enfermedad, aparecen otras. Sé que es amargo y doloroso decir esto, pero en lo que respecta al dolor, la enfermedad y la muerte, podemos ganar muchas batallas, pero la guerra la tenemos perdida.