Via Crucis

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Señor Jesús, nos disponemos a meditar las estaciones de tu Vía Crucis en este tiempo de dolor, enfermedad y pandemia por el coronavirus que nos ataca. Queremos seguir los pasos de tu entrega hasta el final por amor a nosotros. No queremos ser meros espectadores de tu Pasión. Nos unimos a ti. Queremos vivir tu vía crucis, sentir tu vía crucis y que toque profundamente nuestro corazón.

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Jueves Santo - B

                               Juan 13, 1-15

Hermanas: nos reunimos esta tarde para celebrar el Jueves Santo, Día del Amor Fraterno. Un amor que se expresa en el servicio humilde y gratuito. Jesús, en un día como éste, sabiendo cercana su muerte, quiso reunirse con sus amigos para celebrar la Pascua judía, y para mostrarnos, en esta cena, cómo ha de ser la vida de quienes queremos seguirle.

Jesús se ha despojado de su manto, como signo de entrega y del despojo de su misma dignidad, que se llevará a cabo en la Cruz, y lava los pies de sus discípulos. A partir de ese momento, celebrar la Eucaristía es apostar por cada persona, por el servicio y la fraternidad.

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Domingo de Ramos - B

ramos2021Marcos 14, 1-15

Jesús ha previsto seriamente la posibilidad de una muerte violenta. Quizá no contaba con la intervención de la autoridad romana ni con la crucifixión como último destino más probable. Pero no se le ocultaba la reacción que su actuación estaba provocando en los sectores más poderosos. El rostro de Dios que presenta deshace demasiados esquemas teológicos, y el anuncio de su reinado rompe demasiadas seguridades políticas y religiosas.

Sin embargo, nada modifica su actuación. No elude la muerte. No se defiende. No emprende la huida. Tampoco busca su perdición. No es Jesús el hombre que busca su muerte en actitud suicida. Durante su corta estancia en Jerusalén se esfuerza por ocultarse y no aparecer en público.

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Quinto Domingo de Cuaresma - b

domingo 5 cuaresma bJuan 12,20-33

La Cuaresma va avanzando, nos encontramos en el Domingo V. Acompañamos a Jesús que se dirige a Jerusalén para celebrar la Pascua. Las autoridades religiosas, preocupadas por lo que Jesús enseñaba, por las señales que hacía (poco antes fueron testigos de la resurrección de Lázaro) y porque mucha gente le seguía, se pusieron de acuerdo para hacerlo desaparecer. Consideraban que todo aquel “movimiento” podía ser un peligro ante las autoridades romanas.

Jesús sintiendo que se acercaba su hora, pronuncia unas palabras que son fundamentales también para los que quieran seguirle a lo largo de los tiempos: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”.

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Cuarto Domingo de Cuaresma - B

domingo 4 cuarema bJuan 3, 14-21

Según Juan, el evangelista y “discípulo amado”, Jesús vino al mundo, no para condenar, sino para salvar. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su único Hijo para salvarlo” Y la señal del amor tan inmenso de Dios es la cruz: en ella se dejó arrebatar de sus manos a quién él más amaba, el Justo Jesús de Nazaret, para que nosotros pecadores participáramos de la vida divina. La entrega de su Hijo es expresión, al mismo tiempo de la debilidad y la omnipotencia de la ternura de Dios.

«Dios ama el mundo». Lo ama tal como es. Inacabado e incierto. Lleno de conflictos y contradicciones. Capaz de lo mejor y de lo peor. Este mundo no recorre su camino solo, perdido y desamparado. Dios lo envuelve con su amor por los cuatro costados. Si Dios no lo condena, tampoco nosotras deberíamos condenarlo, sino mirarlo con esa mirada misericordiosa, amorosa de Dios.

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