Domingo XI - B
Jesús, para explicar a los sencillos el Reino, no utiliza el recurso del espectáculo, que se queda más en lo epidérmico, sino que recurre a ejemplos de la vida sencilla y cotidiana que llaman la atención por lo que aparece detrás de las imágenes y más allá de las palabras, en lo que toca lo hondo. En el Evangelio de hoy Jesús recurre a dos parábolas agrarias para explicar cómo acontece el Reino.
El Reino de Dios se parece a…
La primera parábola habla de la semilla que crece por sí sola. El Reino de Dios tiene en sí una potencia creadora imparable y a la vez incomprensible. Crece, se desarrolla y extiende sin que el hombre lo perciba, ni pueda detenerlo o retrasarlo, y llega a un final espléndido: tallos, espiga y grano.