2 Adviento - A 2025
Mateo 3, 1-12
En este segundo domingo de Adviento, la voz de Juan el Bautista vuelve a resonar con fuerza: “Preparad el camino del Señor.” No es un mensaje lejano ni abstracto: es para todos, para quienes hoy escuchamos esta Palabra con el deseo —o al menos con la intuición— de que Dios quiere acercarse a nuestra vida.
Preparar el camino no significa tenerlo todo perfecto. Significa reconocer que hay obstáculos interiores: prisas, miedos, rencores, cansancios, pequeñas durezas del corazón. Cada uno conoce sus propios senderos torcidos. Y, sin embargo, la buena noticia es esta: el Señor no se queda esperando a que tengamos el camino despejado. Él quiere venir precisamente a esa realidad concreta, frágil, enredada a veces, pero amada por Él.




