4 Domingo Cuaresma - B 2024
En el evangelio de hoy leemos la segunda parte del diálogo de Jesús con Nicodemo en el que Jesús recuerda la imagen de la serpiente que Moisés levantó en el desierto y que, para los que la miraban con fe, producía la sanación.
Se centra todo el discurso de Jesús en el amor que Dios tiene a la humanidad, y que ha mostrado enviándonos a su propio Hijo, para que se salven todos los que creen en él. Y, la señal del amor tan inmenso de Dios es la cruz: en ella se dejó arrebatar de sus manos a quién él más amaba, el Justo Jesús de Nazaret, para que nosotros pecadores participáramos de la vida divina. La entrega de su Hijo es expresión, al mismo tiempo de la debilidad y la omnipotencia de la ternura de Dios.