Domingo 2 - B 2024

domingo 2 b 2024Juan 1, 35-42

Tras la fiesta del Bautismo del Señor, comenzamos el Tiempo Ordinario.

En este segundo domingo, se nos plantea el inicio del ministerio público de Jesús. Jesús va llamando, reuniendo para “estar”, “aprender” y “compartir” con Él un estilo de vida diferente, a los que luego serán “su grupo”, “sus seguidores”. Dios sale también a nuestro encuentro, nos llama por nuestro nombre, se sirve de mediaciones, de otras personas, acontecimientos de la vida… Y nos invita a ser de “su grupo”, nos deja libertad para acogerle y libremente seguirle. Él nos va modelando, cambia nuestros corazones, nos da la fortaleza, el coraje para dejarlo todo y responder con generosidad a su llamada para anunciar el mensaje del Reino.

Animados por el Bautista, dos discípulos se acercan a Jesús y le preguntan “¿dónde vives?”. Jesús no les responde con la descripción o las indicaciones de un lugar físico, sino que les contesta con una invitación: “Venid y veréis”.

“Venid y veréis”. Dos verbos: ir y ver. Y en el fondo de esa doble propuesta, para ellos y para nosotras, Jesús hace una doble llamada: confiar y salir.

“Confiar” en Él. La lógica “normal” en nuestro caso si alguien nos invita a ir con él es que nosotras preguntemos primero dónde va: si el sitio nos es conocido, decidimos ir o no ir según nos acomode o no; si el sitio nos es desconocido, preguntamos detalles a quien nos invita o nos informamos previamente antes de decidir. Aquí no: primero, “venid”, y después, “veréis”. Se trata de confiar en la persona de Jesús que nos invita. Seguir a Jesús es confiar más que conocer. Nos puede llevar, y nos lleva de hecho, por caminos insospechados.

La segunda parte de la invitación, la segunda llamada, es “salir”. Porque hay que salir de donde estamos para ir adonde está Él. Y salir con todas las incomodidades y las incertidumbres que supone siempre salir y dejar lo conocido para ir a lo desconocido. En este caso absolutamente desconocido, porque Jesús no les da ningún detalle. Salir de nosotros mismos para encontrarnos con Él. Eso no es sólo ni primordialmente un movimiento físico, sino un movimiento interior. Movimiento de descentramiento: sólo en la medida que estamos dispuestos a salir de nosotros mismos nos vamos a encontrar con Jesús.

Confiaron en las palabras de Juan Bautista y de Jesús, abandonaron al Bautista y sus seguridades, y fueron. ¿Qué vieron? El evangelista no nos describe qué es lo que vieron. Habían preguntado por el lugar y el espacio donde Jesús vivía, por un lugar físico, y de eso no se nos dice nada en el evangelio. Sólo se nos dice: “Vieron dónde vivía y se quedaron con Él”. No importa el lugar, importa la Persona. Y la Persona les impresionó tanto que “se quedaron con Él”. Lo decisivo, lo que importa, en el seguimiento de Jesús no son las circunstancias, sino la Persona.

Domingo 4 Adviento - B 2024

                               Lucas 1, 26-38

Las palabras primeras del ángel Gabriel son, al mismo tiempo, unas palabras de saludo y bendición y una buena noticia, la mejor de las noticias: María eres la “llena de gracia”. De ahí, la invitación a la alegría: “Alégrate”: porque no hay motivo mayor de alegría que sentirnos llenos de la gracia de Dios. Esas palabras primeras preceden a una llamada, la llamada a una misión: la presencia de la gracia de Dios en María es el punto de partida para una llamada: dejarse tomar por Dios para su obra de redención.

Dios “está” plenamente en la vida de una mujer sencilla de una pequeña población de Galilea. Dios se hace presente en ese contexto de sencillez, por el que, seguramente, nadie habría apostado. Y le pide a esa sencilla mujer de Nazaret, María, lo que ella nunca había imaginado y que, incluso en ese momento mismo, le resulta difícil de asimilar: “Ella se turbó grandemente… ¿Cómo será eso? …”

El Dios que se hace presente en la vida de María de Nazaret,

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Domingo 3 Adviento - B 2023

domingo 3 adviento 2023Juan 1, 6-8.19-28

Hoy celebramos el domingo de la “alegría” que sigue y completa el tono de consolación del domingo pasado. Toda la liturgia de hoy está transida de gozo. La oración colecta ya nos invita a “celebrar la Navidad con alegría desbordante”. En Isaías leemos: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”. San Pablo nos exhorta: “Estád siempre alegres”.

Y, ¿Cuál es el motivo de tanta alegría? Pues que Dios está cerca. La Navidad se aproxima. Dios viene a nuestra vida en Jesús para cumplir sus promesas de salvación.

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Domingo 2 Adviento - B 2023

domingo 2 adviento 2023Marcos 1, 1-8

“Comienza la Buena noticia de Jesucristo, Hijo de Dios”. Este es el inicio solemne y gozoso del evangelio de Marcos. Estas primeras palabras que se pronuncian en este evangelio se hacen eco de las del profeta Isaías, que habla de parte de Dios (Is 40,3-4)

A continuación de manera brusca y sin advertencia alguna, comienza a hablar de la urgente conversión que necesita vivir todo el pueblo para acoger a su Mesías y Señor: "preparad los caminos para el Señor que viene..." La espera del Señor no es una actitud pasiva y conformista. Es una espera activa, llena de energía. Es la espera del que camina ya hacia la persona que viene.

Si la llamada del domingo pasado se podía resumir en el slogan: "Vigilad", la de hoy se puede sintetizar con otra consigna también clara y enérgica: "convertíos".

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Domingo 1 Adviento - B2024

1 adviento b 2023Marcos 13, 33-37

Comenzamos el Adviento. Tiempo de expectación y esperanza, de promesas, de sueños. Tiempo para renovar la esperanza y la ilusión.

Y lo hacemos de la mano de Marcos que será quién nos acompañará a lo largo de todo este año litúrgico. Las primeras generaciones cristianas vivieron obsesionadas por la pronta venida de Jesús. El resucitado no podía tardar. Vivían tan atraídos por él que querían encontrarse de nuevo cuanto antes. Los problemas empezaron cuando vieron que el tiempo pasaba y la venida del Señor se demoraba.

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