Primer Domingo de Cuaresma - B
El mismo Espíritu que desciende en el Jordán sobre Jesús, ahora lo lleva al desierto, lugar de prueba, de soledad, de silencio. Allí Jesús debía aprender a confiar en Dios. Los cuarenta días recuerdan las pruebas sufridas por Moisés y Elías. Marcos no dice nada sobre las pruebas a que fue sometido. Pero sí deja claro el triunfo de Jesús: su abandono en la providencia de Dios, expresado en la convivencia con los animales y en el servicio que le brindan los ángeles.
Ya desde esta primera semana de Cuaresma, Jesús nos invita también a nosotras a vivir una experiencia de desierto y nos propone atrevernos a dar la misma respuesta que Él.