Solemnidad de San Pedro y San Pablo
En este día tan significativo para la Iglesia, la Solemnidad de San Pedro y San Pablo nos invita a contemplar la singularidad de dos pilares fundamentales de la fe cristiana. El Evangelio de Juan (21, 15-19) nos revela la restauración y la misión de Pedro de una manera que trasciende el mero relato histórico para convertirse en un mensaje universal y de todos los tiempos.
Después de la resurrección, en ese amanecer a orillas del lago de Tiberíades, Jesús se acerca a sus discípulos, y es Pedro, el impulsivo, el que había negado a su Maestro, quien recibe una atención particular.
El Señor, con una delicadeza y una pedagogía divinas, no lo increpa por su triple negación, sino que le ofrece una triple oportunidad de afirmar su amor. Tres veces le pregunta: "¿Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". Esta pregunta, repetida con insistencia, no es un reproche, sino una invitación a la purificación, a la reafirmación de un amor que había sido herido, pero no destruido.





