Domingo 4 Cuaresma - C
El evangelio de este domingo narra “la parábola del hijo pródigo”. Sin duda la parábola más cautivadora de Jesús. Todas hemos escuchado y meditado más de una vez esta parábola. Es una de esas historias que llega al corazón, que nos toca por dentro. Expresa de una forma inmejorable la fuerza de la misericordia y el perdón. Escuchándola se nos hace transparente lo que significa la reconciliación.
Hoy, sin embargo, se la denomina “la parábola del padre bueno” porque, en definitiva, el padre es el personaje central: un padre que no deja nunca de querer y de esperar a su hijo, aunque éste se haya alejado y olvidado del padre; un padre que sale contento y feliz al encuentro del hijo cuando éste regresa; un padre que ama, disculpa y perdona a su hijo; un padre que organiza una fiesta porque su hijo ha vuelto.