Domingo XXI - B
El evangelio de Juan ha conservado el recuerdo de una fuerte crisis entre los seguidores de Jesús. No tenemos apenas datos. Solo se no dice que a los discípulos les resulta duro su modo de hablar. Probablemente les parece excesiva la adhesión que reclama de ellos. En un determinado momento, "muchos discípulos se retiraron y ya no iban con él”.
Por primera vez experimenta Jesús que sus palabras no tienen la fuerza deseada. Sin embargo, no las retira, sino que se reafirma más: "Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida, pero algunos de vosotros no creen". Sus palabras parecen duras, pero transmiten vida, hacen vivir, pues contienen Espíritu de Dios.