Domingo 7 - C
El domingo pasado escuchábamos las bienaventuranzas de Lucas y hoy seguimos con el llamado discurso de la llanura.
Jesús se dirige a “los que escuchan”, a los que abren su corazón para guardar su mensaje. Y, hoy nos hace también a nosotras una llamada a abrir el oído del corazón para acoger su Palabra y dejarnos transformar por ella.
El evangelio de hoy se centra en el núcleo de la doctrina de Jesús: el amor, un amor que llega hasta el extremo, “amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen y orar por los que nos injurian”. Quizá sea este el mandato más difícil de cumplir, la novedad que nos aporta Jesús.