Domingo Segundo de Adviento - C
Al evangelista Lucas le gusta insertar los acontecimientos de la historia de la salvación en la historia universal de su tiempo. Por eso en el evangelio de hoy nos indica aquí con toda la precisión el reparto geográfico y los diferentes poderes políticos o sacerdotales que estaban presentes en el momento en que Juan Bautista inicia su predicación.
Juan vivía en el desierto, pero ahora Dios le confía el mandato de “proclamar un bautismo de conversión para perdón de los pecados”. En ninguna parte se puede escuchar mejor que en el desierto la llamada de Dios a cambiar el mundo. El desierto es el lugar donde se vive de lo esencial. No hay sitio para lo superfluo.