Domingo 2 - C
Juan 1, 29-34
Comenzamos el tiempo ordinario de la mano del evangelista Juan con el primer signo que hizo Jesús en Caná. En el contexto de una boda Jesús convirtió el agua en vino. El agua simboliza la Antigua Alianza y el vino significa la Nueva Alianza que se lleva a cabo en la persona de Jesús. Lo viejo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.
Todavía no había llegado la hora de Jesús y su Madre, con su petición, provocó la intervención de Jesús en favor de aquellos esposos que estaban celebrando su boda. Vamos a fijarnos hoy en la figura de María, la madre de Jesús.
Tú, Señora, estabas allí, en la fiesta de Caná. Y con tu presencia la hiciste más fiesta todavía. Era la fiesta de la presencia de tu Hijo con sus discípulos y era la fiesta de tu presencia silenciosa de madre.