Séptimo Domingo Ordinario - C

compasionEl domingo pasado escuchábamos las bienaventuranzas de Lucas y hoy seguimos con el llamado discurso de la llanura.

Jesús se dirige “a los que le escuchan…” a los que abren su corazón para guardar su mensaje. Y hoy nos hace también a nosotras una llamada a abrir el oído del corazón para acoger su Palabra y dejarnos transformar por ella.

El evangelio de hoy se centra en el núcleo de la doctrina de Jesús: el amor, un amor que llega hasta el extremo, “amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen y orar por los que nos injurian”. Quizá sea este el mandato más difícil de cumplir, la gran novedad que nos aporta Jesús.

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Sexto Domingo Ordinario - C

bienaventuranzaslucasLucas 6, 17.20-26

El profeta Jeremías en la primera lectura describe dos posturas opuestas ante la vida: las personas que ponen todo su interés en lo terreno, fugaz y superfluo de la vida y, por otro lado, las personas que vuelcan su confianza en el Señor.

Las primeras habitarán en la aridez del desierto, como el cardo que es una planta hostil, poco acogedora, propia de lugares secos, de suelos poco profundos, inhóspitos. Las personas que ponen su confianza en el Señor vivirán en una tierra rica y fértil, donde los árboles son frondosos, hunden sus raíces hasta la profundidad de la tierra buscando el agua necesaria para vivir, producen fruto abundante y sirven de cobijo a los seres vivos.

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Quinto Domingo Ordinario - C

pescaLas lecturas de este domingo nos hablan de llamadas, de vocaciones: la de Isaías, Pablo y Pedro. La llamada de Dios en cada uno de ellos va precedida de una teofanía o manifestación de Dios. Dios, antes de confiar al hombre una misión particular, se le revela y da a conocer.

Toda llamada es gratuita, es un don que Dios nos ha dado sin previo merecimiento nuestro. A Pedro Jesús le llamó para que fuera pescador de hombres, al profeta Isaías Dios le llamó, entre otras cosas, para que fuera el cantor de la misericordia, de la justicia y de la gloria de Dios, a San Pablo le llamó para que anunciara el evangelio a los gentiles.

También a cada una de nosotras Dios nos ha llamado, nos ha dado una misión concreta y determinada. Todas y cada una de nosotras debemos ser cantoras de la misericordia, de la justicia y de la gloria de Dios como Isaías: predicadoras de su evangelio como Pablo; pescadoras de hombres como Pedro y los apóstoles. Debemos hacerlo con nuestra palabra y, sobre todo, con nuestra vida.

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Cuarto Domingo Ordinario - C

nadie es profetaLucas 4,21-30

Jesús está en la Sinagoga de su pueblo, donde lo dejamos la semana pasada. Es sábado. Ha ido a participar de la celebración de su comunidad. Y ha hecho la lectura, la del profeta Isaías, que habla del Mesías que ha venido a anunciar la Buena Noticia a los pobres. Y Jesús hace la homilía más corta que se conoce: “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír”.
Jesús acaba de aplicarse las palabras del profeta a sí mismo. Y es que Lucas nos quiere presentar a Jesús como el profeta que ha venido a traer la voz de Dios a nuestro mundo. Jesús es ese Mesías del que hablaba el profeta Isaías.

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Tercer Domingo Tiempo Ordinario - C

el espritu del Seor 1Después del comienzo del Evangelio, pasamos directamente al pasaje en el que Jesús vuelve a su pueblo después del bautismo y de las tentaciones en el desierto. Jesús, sobre quien descendió el Espíritu Santo en forma de paloma el día de su bautismo, llevado por este mismo Espíritu al desierto para ser tentado, vuelve ahora a Galilea con la fuerza del Espíritu.

Vuelve a su tierra, al pueblo donde se había criado, para dar comienzo a tres años intensos en los que anunciará, con su palabra y con su vida, el proyecto del Padre para la humanidad. Entra en la Sinagoga un sábado, como era su costumbre. Lee el libro del profeta Isaías, concretamente el pasaje en el que Isaías presenta al Mesías como el ungido por el Espíritu”. La expectación, me imagino, debería ser enorme.

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