Reflexión de Navidad
Esta Noche celebraremos, con toda la Iglesia y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, el nacimiento de Jesús.
Que nuestro Dios haya venido al mundo mediante su Hijo, nacido en Belén, constituye la dimensión más genuina de nuestra fe. Creemos en un Dios creador y señor de todas las cosas, que se ha hecho un niño indefenso en una cueva humilde de un país humilde.
La Palabra se hizo carne. Nuestro Dios asume nuestra condición humana, se encarna en nuestra historia. ¡Qué misterio tan grande y, a la vez, tan entrañable! Lo que habían anunciado los profetas se cumple. El Mesías, el salvador, que esperaban todos los pueblos, nace de una virgen.