Domingo 14 - A 2023

domingo 14 a 2023Mateo 11, 25-30

Vamos a escuchar despacio y con el corazón abierto las palabras que Jesús nos dirige hoy en el evangelio.

“Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla”.

Todas tenemos que dar muchas gracias a Dios porque se nos ha revelado de forma gratuita e inmerecida. Y se nos has revelado porque nosotras formamos parte del grupo de los sencillos. Dios ama lo pequeño, lo pobre, lo sencillo, Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, nos dice el Magníficat.

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Domingo 13 - A 2023

simon de cireneMateo 10, 37-41

En el evangelio de hoy Jesús sigue instruyendo a los suyos. El domingo pasado nos decía que el seguirle podría acarrearnos problemas y que ante eso nos mantuviéramos fieles, porque nosotros valemos más que los gorriones. Pues bien, hoy nos enseña que la opción por él, por Jesús, debe ser total. La fidelidad a Jesús no puede estar supedita por otras fidelidades humanas. Con Jesús no sirven las medias tintas, ni las indecisiones, ni las ambigüedades. La exigencia del seguimiento es fuerte, nos compromete hasta lo más profundo de nosotros mismos.

“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.” “No es digno de mí” es otra manera de decir “no puede ser discípulo mío”.

El que no está dispuesto a amar al Señor más que a su padre o madre, más que a su hijo o hija, más que a su propia vida, no puede ser verdaderamente discípulo de Cristo. El amor a Jesús debe estar por encima del amor a quienes nos han dado la vida, así como también por encima del amor a la propia vida.

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Domingo XII - A 2023

domingo 12 a 2023Mateo 10, 26-33

El evangelio de hoy nos anuncia que nuestra vida, como la de los discípulos, no va a ser fácil y nos repite hasta tres veces que no tengamos miedo: “No tengáis miedo a los hombres”; “no tengáis miedo a los que matan el cuerpo”; “nada va a pasar sin que lo disponga vuestro Padre… Por eso, no tengáis miedo.”

Surge la pregunta: ¿A qué debemos tener tanto miedo? Y para entenderlo un poco mejor hay que ir al final del capítulo noveno de Mateo y escuchar la frase de Jesús: “Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y abatidos como ovejas sin pastor”. Y Jesús no se queda en la compasión, que ya es un paso importante, sino que busca a un grupo de personas para cambiar la situación. Llamó a sus doce discípulos a cada uno por su nombre “y les dio su poder para expulsar espíritus inmundos, y para curar toda clase de enfermedades y dolencias”.

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Domingo XI - A 2023

domingo 11 A 2023Mateo 9, 36-10,8

En el texto evangélico podemos descubrir estas tres secciones:

1º La urgencia de la misión, ya que Jesús, compadecido de la muchedumbre, expone su preocupación misionera con dos imágenes de los destinatarios de la misión: son ovejas sin pastor y la mies que está pidiendo cosechadores.

2º El primer envío de los doce apóstoles, cuyos nombres vienen citados por el evangelista. A continuación, Jesús da varias instrucciones sobre el anuncio del reino de Dios y sobre los signos de liberación, propios del citado anuncio: “Id -les dice- y proclamad que ha llegado el reino de los cielos”.

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Cuerpo y Sangre de Cristo - A 2023

corpus christi2023Juan 6,51-58

Celebramos la solemnidad del Corpus Christi, la fiesta de la Eucaristía. Es el Día de la Caridad ya que el Cuerpo entregado y la Sangre derramada del Señor constituyen para nosotros la manifestación mayor de su amor a los hombres. San Agustín llama a la Eucaristía “sacramento de amor, símbolo de unidad, vínculo de caridad”.

Sin la comunión no habría amor a los demás. Cada comunión debe hacernos crecer en el amor a los otros. La Eucaristía debe crear en nosotras la decisión consciente de ir hacia las otras y entregarnos a ellas. La comunión con Cristo transforma nuestra vida.

Por encima de las oraciones litúrgicas de acción de gracias, por encima de las plegarias privadas, la verdadera acción de gracias es la caridad -¿Por qué falla la Eucaristía? Porque no nos dejamos transformar. Creemos que al comulgar hacemos a Cristo cosa nuestra, cuando la verdad es otra. Al comer a Cristo somos comidas por Él. La Eucaristía falla cuando comulgamos, no cuando somos comulgadas. "El que me come vivirá por mí", nos dice Jesucristo.

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