Domingo Quinto de Pascua . C
Juan 13, 31
Es la víspera de su ejecución. Jesús está celebrando la última cena con los suyos. Acaba de lavar los pies a sus discípulos. Judas ha tomado ya su trágica decisión, y después de tomar el último bocado de manos de Jesús, se ha marchado a hacer su trabajo. Jesús dice en voz alta lo que todos están sintiendo: «Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo».
Les habla con ternura. Quiere que queden gravados en su corazón sus últimos gestos y palabras. «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que os conocerán todos que sois mis discípulos será que os amáis unos a otros». Este es el testamento de Jesús.
Jesús habla de un «mandamiento nuevo». ¿Dónde está la novedad? La consigna de amar al prójimo está ya presente en la tradición bíblica. También los filósofos griegos hablan de filantropía y de amor a todo ser humano. La novedad está en la forma de amar propia de Jesús: «amaos como yo os he amado». Así se irá difundiendo a través de sus seguidores su estilo de amar.