Domingo 31 - C
Lucas 19, 1-10
La historia de Zaqueo, aquel publicano de baja estatura que se sube a un árbol para ver a Jesús a su paso por Jericó, es una de las más conocidas y citadas de los Evangelios. No obstante, es una historia que cuando nos acercamos a ella con el corazón abierto, no deja de sorprendernos y de suscitar muchos movimientos en nuestro interior.
Zaqueo el publicano siente una profunda curiosidad por Jesús. Ha oído hablar tanto de él que, al enterarse de su paso por el pueblo, no escatima recursos para poderlo ver de cerca, para quedar expuesto ante el hombre que transforma y recrea la vida con la fuerza de su palabra y de sus gestos liberadores. Zaqueo, que ha querido salvar los impedimentos generados por su baja estatura, tanto corporal como moral, subiéndose a un árbol, es sorprendido por la iniciativa de Jesús que lo saca del anonimato y lo coloca en el centro de su atención, de su compasión y de su misericordia.