Primer Domingo Cuaresma - C
Hace pocos días, con la imposición de la ceniza, iniciamos el tiempo de la Cuaresma. En estos 40 días, que van desde el Miércoles de Ceniza hasta la Semana Santa, la Iglesia nos invita a recorrer un camino de conversión de tal manera que, libres de todo aquello que nos separa de Dios y de las hermanas podamos celebrar el triunfo de la vida nueva que surge del crucificado-resucitado.
Este camino será más fructífero si lo hacemos atendiendo a la triple invitación que se nos hacía el pasado miércoles: intensificando la oración, compartiendo lo que somos y tenemos (limosna) y moderando nuestros apetitos (ayuno).
La liturgia en este primer domingo de Cuaresma nos ofrece el pasaje de las tentaciones de Jesús, como si quisiera advertirnos de que tampoco a nosotras nos van a faltar, pero que también podemos salir victoriosas, como Jesús.

Nuestros pueblos y ciudades ofrecen hoy un clima poco propicio a quien quiera buscar un poco de silencio y paz para encontrarse consigo mismo y con Dios. No Es fácil liberarnos del ruido permanente y del asedio constante de todo tipo de llamadas y mensajes. Por otra parte, las preocupaciones, problemas y prisas de cada día nos llevan de una parte a otra, sin apenas permitirnos ser dueños de nosotros mismos.