Domingo 6 Pascua - B 2024

domingo 6 pascua 2024Juan 15,9-17

Seguimos con el testamento de Jesús, se está despidiendo de sus amigos, el ambiente no puede ser más confidencial, más íntimo. El Corazón de Jesús se desborda, su emoción alcanza cotas insospechadas. ¡Dios tiene corazón! ¡Dios es amor!

¿Has conocido el amor? ¿Te has enamorado alguna vez? Entonces conoces a Dios, porque Dios es amor, pero hay que salvar las diferencias. A menudo nuestros amores son efímeros, el de Dios es eterno. Nuestros amores son vulnerables y fácilmente se dañan y menoscaban ante cualquier atisbo de contradicción o de infidelidad, el de nuestro Dios es fiel hasta la muerte y siempre perdona y ama sin cesar y una diferencia fundamental, Dios no es alguien que ama, Dios es Amor.

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Domingo 5 Pascua - B 2024

domingo 5 pascua 2024Juan 15, 1-8

En el Evangelio de este domingo, Jesús hablando a los discípulos durante la última cena, los exhorta a permanecer unidos a él como los sarmientos a la vid. Se trata de una imagen bastante significativa, porque expresa claramente que la vida cristiana es un misterio de comunión con Cristo y esto queda recalcado por el verbo «permanecer», que tiene un sentido positivo: «El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí no podéis hacer nada”. Pero también tiene un sentido negativo: «El que no permanece en mí, lo tiran fuera como el sarmiento y se seca; luego los recogen y los echan al fuego y arden».

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Domingo 4 Pascua - B 2024

domingo 4 pascua 2024Juan 10, 11-18

Este cuarto domingo de la Pascua es conocido como el domingo del Buen Pastor, por las alusiones que hay en la liturgia (textos, oraciones…) a esa relación pastor – ovejas que tanto le gustaba a Jesús y que fue bien asimilada en las primeras comunidades cristianas.

Esta parábola es la respuesta de Jesús a los fariseos, cuya autoridad han puesto en duda (Jn 9, 40). Jesús desarrolla los tres criterios que establecen a sus ojos la verdadera autoridad: el buen pastor da su vida por su rebaño, vive en comunión y conocimiento mutuo con él (cosa que puede hacer porque vive en comunión con el Padre), se preocupa de su unidad y de la recolección de las ovejas perdidas.

No es lo mismo que las ovejas sean tuyas o que sean de otro y te ganes tu salario; que las conozcas o no; que te conozcan o que vayan a la suya; que te importen o te den lo mismo. Jesús toma esta imagen, que sus oyentes entendían bien fácilmente al ser un pueblo de agricultores y ganaderos, para hacerles entender que para él somos importantes hasta el punto de dar la vida por nosotros.

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Domingo 3 Pascua - B 2024

domingo 3 Pascua 2024Lucas 24, 35-48

Hoy repetimos el mismo evangelio que el domingo pasado, pero en la versión del evangelista Lucas. Nos narra la aparición de Jesús a la Comunidad de los Apóstoles. Se nos describe el ambiente previo a ella.

Han llegado llenos de entusiasmo los dos discípulos que habían marchado a Emaús desilusionados y frustrados. ¡Lo han visto y han cenado con Él! al partir el pan han reconocido al Maestro.

Es fácil imaginar el alboroto, la emoción y también las dudas y el escepticismo que el relato provoca. Pero de pronto la algarabía se enmudece. Sorprendidos y asustados, allí en medio de ellos les parece ver un fantasma y tienen miedo. Lo que ven, lo que palpan lo que están viviendo es muerte y desolación, están lejos de creer y no se les ocurre pensar que Aquel que estuvo muerto ahora vive. No recuerdan porque en su momento, no valoraron o no entendieron la promesa de Jesús: “Cuando dos o tres estéis reunidos en mi nombre yo estaré en medio de ellos” y allí en medio está Jesús.

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Domingo 2 Pascua - B 2024

domingo 2 pascua B 2024Juan 20, 19-31

Estando ausente Tomás, los discípulos de Jesús han tenido una experiencia inaudita. En cuanto lo ven llegar se lo comunican llenos de alegría: «Hemos visto al Señor». Tomás los escucha con escepticismo. ¿Por qué les va creer algo tan absurdo? ¿Cómo pueden decir que han visto a Jesús lleno de vida, si ha muerto crucificado? En todo caso, será otro.

Los discípulos le dicen que les ha mostrado las heridas de sus manos y su costado. Tomás no puede aceptar el testimonio de nadie. Necesita comprobarlo personalmente: «Si no veo en sus manos la señal de sus clavos… y no meto la mano en su costado, no lo creo». Solo creerá en su propia experiencia.

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