Asunción de María - B
"Hoy la Virgen María sube a los cielos, alegraos, porque reina con Cristo para Siempre” Sí, hermanas, la solemnidad de hoy nos invita a la alegría, una alegría profunda y serena. Para comprender su alcance, la liturgia nos propone dar tres miradas con los ojos de la fe y del amor. Y, con cada mirada, nos propone hacer un reflexión iluminada por la Palabra de Dios.
"María ha subido al cielo". La primera mirada, pues, es a Santa María, asunta, gloriosa, plenamente identificada con Jesucristo. Porque hoy celebramos el día que el Dios omnipotente elevó " en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María", tal como dice la oración propia de esta solemnidad. Ella, escogida desde las entrañas de su madre para ser la madre de Jesucristo, correspondió siempre al querer de Dios, con una fe activa que se traducía en amor y servicio a los demás. Un amor y un servicio que ella sigue ejerciendo a favor de la humanidad en el tiempo de la Iglesia, por medio de su solicitud maternal y de su oración de intercesión cerca del Cristo resucitado.


Juan 6, 24-35
