Domingo 32 - B 2024
El evangelio de hoy recuerda la figura de las viudas (Mc 12, 28-44). Jesús ridiculiza la vanidad de la que hacen gala los escribas. Y denuncia la voracidad con la que tratan de adueñarse de los bienes de las viudas, aparentando hacer largas oraciones. Al pecado de orgullo, los escribas unen la injusticia y la impiedad.
La Palabra de Dios nos muestra dos caminos opuestos, dos actitudes contrapuestas en el seguimiento de Jesús. Ambas se encarnan en los dos personajes que Marcos nos ofrece: los escribas y la viuda pobre.
En primer lugar desenmascara la hipocresía y la falsedad de los maestros de la Ley que con sus actitudes y comportamientos han pervertido la práctica de la religión auténtica. Su piedad es una mentira delante de Dios: conocen la Escritura, sí, pero se aprovechan de ella para provecho personal, frecuenta asiduamente la sinagoga pero su corazón está lejos de la justicia y la humildad, hacen oraciones para ser vistos y alabados por los otros.